sábado, 27 de septiembre de 2014

Cuando los padres se separan





 
Debido a que en los últimos años las separaciones y crisis graves en las parejas han aumentado, cada vez hay más hijos acechados por uno de los sentimientos más desgarradores que pueden experimentar: los conflictos de lealtad respecto a sus padres. El temor a perder el afecto de quien no respalden los atrapa en una situación de la que no tienen salida sin pagar el precio de sentirse traicionando a uno o a ambos padres.


Cuando el matrimonio se termina, o alguno de los padres ha establecido una nueva relación, este tipo de conflictos en los hijos es aún peor. Como los niños necesitan ver a ambos padres como personas maravillosas, la novia o novio de su papá o mamá es para ellos la única culpable de la separación y por eso, en el fondo de su corazón, la desprecian, por lo menos al comienzo.

Indignados con el padre que los dejó a ellos y a su hogar por otra (u otro), algunos hijos no quieren tener nada que ver con él y su nueva pareja. Pero no por ello dejan de sentirse traicionándolo por sentir tanta rabia hacia él o ella, lo que les produce un terrible conflicto interno. Otros, por más rencor que sientan frente a la nueva relación de su papá o mamá, tratan de ganarse el afecto de su novia(o) porque temen que el padre enamorado los deje de amar como dejó a su mamá (o papá), pero a la vez se sienten desleales con este último.

Lo grave es que quienes viven un nuevo idilio esperan que sus hijos comprendan que ellos "tienen derecho a ser felices y compartan su alegría después de lo mucho que se han sacrificado por ellos". Tácitamente, exigen la solidaridad de los hijos con esta nueva relación, ignorando que estos también se sienten traicionados a causa de la misma.